El compostaje como alternativa para los RSU, residuos sólidos urbanos

El compostaje es un proceso de fermentación aerobia de la materia orgánica y la experiencia que se tiene del mismo es amplia. Los pilares en los que se basa están muy definidos, ya que el proceso está documentado desde el siglo I a.c. Desde entonces, los agricultores han seguido esta práctica natural utilizando la materia transformada como abono para los cultivos.
El compostaje se define como un proceso dinámico, biológico, aerobio y en consecuencia termófilo, que para que se lleve a cabo necesita: materia orgánica biodegradable, población microbiana inicial que permitirá el desarrollo del proceso y condiciones óptimas del mismo.
La técnica del compostaje se describe como biológica y oxidativa, ya que se basa en la acción de diversos microorganismos aerobios que actúan de manera sucesiva sobre la materia orgánica inicial, produciendo una serie de reacciones que elevan la temperatura durante el proceso, reducen el volumen y el peso de los residuos y provocan su humificación y oscurecimiento.
Los principales objetivos del proceso de fermentación de la fracción orgánica de los residuos son:
– Higienización de la materia orgánica
– Reducción de olores
– Reducción del volumen de la materia original
– Estabilización y homogenización de la materia orgánica
Factores que intervienen en el proceso de compostaje
Las variables más importantes que afectan al sistema de compostaje se clasifican en dos tipos:
1.- Parámetros de seguimiento del proceso: aquellos que deben ser seguidos a lo largo de éste y controlados para que se sitúen entre los valores adecuados para que cada fase se desarrolle adecuadamente: temperatura, humedad, aireación y ph.
2.- Parámetros relativos a la naturaleza del sustrato: que han de ser medidos y adecuados para que sus valores sean los correctos fundamentalmente al inicio del proceso: tamaño de la partícula y la relación Carbono/Nitrógeno.
Actualmente se hace necesario el control tanto del proceso de producción como del producto final para garantizar una óptima calidad y mínimos costes.
Sistemas de compostaje
Existen diferentes sistemas o tecnologías de compostaje, siendo el objetivo de todos transformar los residuos en un material húmico estable y alcanzar las condiciones consideradas necesarias para eliminar los microorganismos patógenos, hongos, esporas, semillas y otros organismos indeseables en el producto final. De esta manera obtendremos un material especializado y con unas características que nos permitan aplicarlo al suelo y/o comercializarlo cumpliendo la normativa de fertilizantes, el RD 506/2013, de 28 de junio, sobre productos fertilizantes.
Los sistemas de compostaje se diferencian por la forma de incorporación del aire, el control de la temperatura, la mezcla o el volteo del material y la duración del proceso. La selección del sistema, dependerá de las necesidades, los recursos disponibles y las condiciones ambientales, entre otros factores.
SISTEMAS ABIERTOS
Son los sistemas más tradicionales de compostaje y se aplican en zonas rurales y, en general, donde el terreno es abundante. Son de bajo costo y tecnología relativamente sencilla:
– Pilas o hileras volteadas
– Pilas estáticas con aireación forzada
– Sistemas combinados
En estos sistemas de compostaje la masa de residuos se dispone como una pila o hilera. La temperatura ideal de una pila se determina por su capacidad para producir y mantener la temperatura necesaria y permitir que el oxígeno llegue al punto central de la masa de compostaje. Generalmente, la altura varía entre 1 m y 3 m, con un ancho de hasta aproximadamente 4-5.
SISTEMAS CERRADOS
En estos sistemas los residuos se procesan en instalaciones estáticas o dinámicas, que se conocen como reactores. Estos sistemas van desde recipientes simples hasta sistemas muy complejos que combinan agitación mecánica y aireación forzada de los residuos a compostar. En términos generales, los materiales introducidos en un recipiente o contenedor diseñado a tal fin, en el cual se desarrolla principalmente la fase activa o termófila del proceso. Pueden ser verticales u horizontales, los horizontales a su vez pueden configurarse en canales, celdas, contenedores o túneles, y según incorporen funciones de mezclado, ser estáticos o dinámicos.
– Reactores verticales
– Reactores horizontales
Son estructuras por lo general metálicas, de forma cilíndrica o rectangular, donde se mantienen controlados determinados parámetros, como por ejemplo, la humedad, la aireación, la temperatura, etc. Este tipo de sistemas permite acelerar las etapas iniciales de fermentación. Cuando estas etapas finalizan, el material se retira del reactor y se acopia para que se cumpla la maduración al aire libre o en naves abiertas. Los sistemas de compostaje en reactores, en general, son sistemas industriales y sus costes son elevados. En todos ellos se dispone de un sistema de depuración de olores mediante biofiltro de compost y una recirculación de los lixiviados.
Una de las principales ventajas de estos sistemas es que reducen considerablemente las superficies de compostaje y logran un mejor control de los parámetros de fermentación y de los olores. Además, aunque requieren costes de instalación superiores a los sistemas abiertos, presentan la ventaja de ser más rápidos.
PRODUCTOS OBTENIDOS EN EL COMPOSTAJE. EL COMPOST
El compost es el producto obtenido tras la descomposición de materia orgánica en el proceso de compostaje. El compost debe ser un producto inocuo, sin sustancias fitotóxicas, y rico nutrientes: nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio, calcio, hierro y otros oligoelementos.
La calidad final de compost depende de varios factores, entre los que destacan:
– Tipo de material que se somete a compostaje
– Procedencia y recogida del material
– Desarrollo del proceso de compostaje
– Selección adicional en planta
– Tratamiento del residuo (tipo de tecnología, equipamiento, funcionamiento, organización, etc.)
La calidad no solamente se ha de controlar en el producto final, ya que ésta dependerá totalmente de los controles que se realicen tanto en las materias primas como durante el proceso. Los diferentes materiales que se pueden compostar determinan los tipos de compost que pueden obtenerse. Esta diversidad aumenta la dificultad de establecer sistemas para valorar la calidad del producto final.
Los usos que se pueden dar al compost son muchos y las exigencias para cada uno de ellos son diferentes. Es importante establecer qué tipo de características interesa más valorar cuando el producto final se fabrica con una finalidad determinada.
La ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados en su artículo 3 presenta la siguiente definición de compost:
“Compost”: enmienda orgánica obtenida a partir del tratamiento biológico aerobio y termófilo de residuos biodegradables recogidos separadamente. No se considerará compost el material orgánico de las plantas de tratamiento mecánico biológico de residuos mezclados, que se denominará material bioestabilizado.
De esta forma, en la práctica, de acuerdo a esta legislación, la gran mayoría de la producción obtenida en las plantas de valorización de RSU (Residuo Sólido Urbano) de España pasa a ser considerado material bioestabilizado en lugar de compost. Los efectos que sobre los precios de mercado ha supuesto este cambio en los criterios normativos están por determinar y son objeto de intenso debate en el ámbito de la gestión de RSU.
Por otra parte, el RD 506/2013, de 28 de junio, sobre productos fertilizantes define en su anexo I las características de los abonos (grupo 2) o enmiendas orgánicas (grupo 6) obtenidas mediante compostaje.
Fuente: Alternativas de valorización y eliminación de residuos sólidos urbanos, Javier Rodrigo Ilarri, María Elena Rodrigo Clavero y Jose María Fernández González, 2014.