El residuo agrario es un subproducto interesante

Los “mal” llamados residuos agrarios no son basura, sino oro, pues se trata de subproductos agrarios que tienen alto valor económico y medioambiental que se pueden transformar para generar riqueza, dice José Real, biólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

José Real explica que cualquier subproducto se puede compostar y convertir en fertilizante orgánico, de manera que se transforma en materia prima que evita la compra de fertilizantes de síntesis y otros productos.

Asegura que en las fincas agrícolas incluso se puede generar un circuito para que un productor agrícola si tiene una granja próxima de su forraje al ganado y éste facilita el estiércol para generar fertilizantes orgánicos.

Cada parcela, ya sea familiar o empresarial, puede funcionar como un circuito cerrado generando lo que necesita y disminuyendo su dependencia del exterior. El agricultor que produzca de ese modo tendrá menos gasto y por ello será más competitivo, a la vez que no provocará daños medioambientales, indica.

José Real, que desde el Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA) coordina el proyecto EVA, indica que se ofrece colaboración a cabildos y ayuntamientos para el asesoramiento del tratamiento de esos subproductos.

Con el proyecto EVA, en el que colabora la Universidad de La Laguna, se persigue la mejora del sector primario y la conservación del medio ambiente a través de la investigación aplicada, la formación y la divulgación científica; y dentro de la línea de divulgación científica hay foros para intercambiar información (www.ipna.csic.es/eva).

El biólogo del CSIC mantiene que la intención es colaborar con ayuntamientos y cabildos para asesorar de forma gratuita a los agricultores para ayudarles en el aprovechamiento de los subproductos agrarios, que tienen un impacto ambiental “tremendo” y representan un gasto económico para los municipios.

Fertilizantes y plaguicidas

Además, José Real aboga por sustituir el uso de fertilizantes de síntesis y plaguicidas llevando a cabo metodologías de agricultura ecológica bien diseñadas, pues afirma que con su utilización en la llamada agricultura convencional intensiva los suelos se han deteriorado mucho.

Ante esta situación desde el Instituto de Productos Naturales y Agrobiología y en colaboración con el Cabildo de La Palma se investiga en un proyecto de agricultura ecológica basado en un sistema de elaboración de fertilizantes ecológicos líquidos (SEFEL), de forma que se evitan los de síntesis y los pesticidas.

De este modo se ha conseguido recuperar suelos que estaban dañados por el uso intensivo, y la productividad que se ha conseguido es “muy buena”, equiparable a la de la agricultura tradicional, destacó José Real, quien agrega que, además, se logra un producto agrícola que ha sido más barato de producir, y por ello más competitivo en el mercado.

Se trata de una alternativa real implantada en unas 330 hectáreas por agricultores en Canarias, afirmó.

José Real dice que con el actual sistema de explotación de la agricultura las tierras pierden biodiversidad y cada vez necesitan de más fertilizantes, con el consiguiente aumento de inversión por parte del agricultor y pérdida de competitividad del producto.

También habla José Real de que, según datos de Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cada año mueren en el mundo y a consecuencia del hambre unas 40.000 personas.

Sin embargo, en el mundo se producen suficientes alimentos para abastecer a casi el doble de la población mundial, por lo que el problema está en el acceso, recuerda.

Ante esa situación lo que se proponer es buscar sistemas locales para producir lo que se necesita en cada zona, manifiesta José Real, quien considera irrisorio que Canarias produzca el 5 por ciento de los productos de alimentación que se consumen en las islas.

Fuente: EFEverde