¿Qué sabes del Bisfenol A?

Bisfenol A (BPA)
Ahora, profundizamos más en el tema de mano de Jordi Picric, catedrático de física.
Técnicamente ¿qué es el Bisfenol-A?
Este compuesto consiste en dos anillos fenólicos (anillo bencénico con un grupo OH) unidos (de ahí “bi” y “fenol”) por la parte central a una molécula de propano de forma simétrica. El nombre técnico es, por tanto, 2,2-bis (4-hidroxifenil) propano. Cuando los anillos fenólicos se unen a otros compuestos, se designan con otra letra, dependiendo del compuestos. Por ejemplo, el Bisfenol-A procede de la reacción con Acetona, Bisfenol-S de la reacción con trióxido de azufre (Sulfuro), Bisfenol-F con Formaldehído, etc. (http://en.wikipedia.org/wiki/Bisphenol). El Bisfenol-A (BPA) se utiliza fundamentalmente en resinas epoxi y determinados plásticos como el Policloruro de vinilo (PVC, código de reciclaje 3) y los Policarbonatos (PC, código de reciclaje 7). Estos materiales se encuentran, por ejemplo, en algunos envases o recubriendo el interior de las latas de conservas o de refrescos.

Plásticos
Su presencia en un material, se puede detectar por espectrofotometría infrarroja en el infrarrojo medio y lejano. En la gráfica se representa la absorción en % frente al número de ondas (inversos de la longitud de onda). Nótense las fuertes absorciones alrededor de 3000 cm-1 (~300 mm) y el patrón alrededor de 1000 cm-1 (~10 mm).
Efectos del Bisfenol-A (BPA) en el organismo
La estructura molecular del BPA mimetiza la estructura de los estrógenos naturales. Luego, tiene la capacidad de alterar el sistema endocrino. El BPA constituye, por tanto, lo que se denomina un “disruptor endocrino”. Entre los efectos adversos cabe destacar:
– Cambios en el comportamiento. Hiperactividad, agresividad
– Diabetes y obesidad
– Pubertad temprana
– Reducción de la cantidad de esperma
– Cáncer de próstata
– Cáncer de mama
– Alteraciones cromosómicas
– Daño cerebral
– Deterioro de la función inmune
– Disminución de los niveles de antioxidantes enzimáticos
Migración del BPA a alimentos
Actualmente el BPA se encuentra en todas partes (aire, agua, etc) en pequeñas cantidades. Suficiente como para que los métodos analíticos modernos ultratraza (ng/L) los puedan detectar.
El problema no es la presencia de BPA en determinados plásticos, sino que cuando dichos plásticos se encuentran en contacto con los alimentos, parte del BPA puede pasar a los mismos, ser ingerido entonces por el ser humano o los animales y pasar al medio ambiente. Es lo que se denomina migración.
Posibles migraciones que pueden darse: al agua embotellada en envases de plástico, al agua calentada en calentadores de agua hechos de plástico, a alimentos guardados en bolsas y contenedores de plástico, bien en la nevera, bien al calentarlos con el microondas o congelarlos, etc. Aunque determinados plásticos como el Polietileno Tereftalato (PET, código de reciclaje 1), o el Polipropileno (PP, código de reciclaje 5) se consideran seguros, existe, de hecho, controversia acerca de si las botellas de PET transmiten BPA o no al agua (Elobeid et al. 2012). Algunos estudios indican que podrían transmitir hasta 0.01 mg/kg (Tokunaga et al. 2008). Parece que es más importante la migración desde los recubrimientos de latas que de envases de PC.
Según la normativa actualmente vigente, el uso del BPA no está prohibido, y se desconoce el límite exacto de su toxicidad. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) estableció en 2006 la ingesta diaria tolerable provisional (el acrónimo inglés es TDI) en 0.05mg/kg/día, con un factor de seguridad 100 (o sea, para un adulto de 70 kg, es de 3.5 mg/día). Este límite fue reevaluado en varias ocasiones y ratificado por última vez en diciembre de 2011. Asimismo, el Reglamento 10/2011 establece un límite de migración específico (el acrónimo inglés es SML) de 0.6 mg/kg (donde ahora el kg es de alimento). También en 2011, la UE estableció la prohibición de la comercialización e importación de biberones de PC. Datos extraídos de la web de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (http://www.aesan.msc.es/AESAN/web/cadena_alimentaria/subdetalle/BisfenolA.shtml)
Factores que condicionan la migración de Bisfenol A
La migración de BPA a los alimentos depende de multitud de factores. Entre ellos:
– El tipo de plástico
– El tiempo de contacto (a mayor tiempo, mayor migración)
– La temperatura (a mayor temperatura, mayor migración)
– El pH (la migración es mayor en bebidas carbonatadas y alimentos ácidos como la salsa de tomate o zumos de cítricos, o sea, de pH < 7) - La degradación del plástico (edad, arañazos, etc) - El tipo de alimento Para dar una idea de la migración del BPA a alimentos en conserva, se han detectado hasta del orden de 0.1 mg/kg en la carne, 0.02 mg/kg en el pescado y vegetales y frutas (González et al. 2011 y referencias allí citadas). Verdades y conjeturas sobre el BPA Se sabe con certeza que: - El 95% de los seres humanos presenta BPA en la orina. - El BPA es perjudicial para la salud y para el medio ambiente. - Se desconoce con exactitud cual es la dosis máxima de BPA que se puede considerar que no produce efectos adversos sobre la salud. Especialmente a largo plazo. - El PVC, resinas epoxi (presentes en recubrimientos interiores de latas de conserva y de refresco) y muchos policarbonatos, tienen BPA. - Los plásticos reutilizados con frecuencia, con arañazos, etc, liberan más BPA. - La temperatura y la acidez de los alimentos favorecen la migración del BPA. Se supone que: - El PET y el PP son “seguros” y no liberan BPA, pero existe controversia. Puede ser debida a contaminación del agua por BPA. En cualquier caso liberan todo otro tipo de sustancias plastificantes también perjudiciales para la salud. - El BPS (Bisfenol S) sustitutivo del BPA se considera “seguro”. Pero se sabe que también es un disruptor endocrino. Sin embargo, se utiliza porque su uso no está limitado como el del BPA. Algunos plásticos etiquetados como “libres de BPA” lo usan. Este caso se puede aplicar a otros tipos de bisfenoles. - Los intereses comerciales están en contra de la limitación del BPA y de la definición de un límite máximo permisible menor. - Las autoridades sanitarias controlan el uso de BPA y su presencia en alimentos, pero no se puede estar en todas partes y además, la determinación del BPA a cantidades de microtraza, como veremos, no es fácil ni barata. Requiere de aparatos costosos de adquirir y costosos de mantener. Bibliografía Elobeid M.A. et al. 2012, Bisphenol A detection in various brands of drinking bottled water in Riyadh, Saudi Arabia using gas chromatrography/Mass spectrometer, Tropical Journal of Pharmaceutical Research, 11, 455 González et al. 2011, Toxicidad del BPA: migración desde los envases a los alimentos. Salud Pública Fuente: http://www.conasi.eu/ Más información: http://www.conasi.eu/blog/consejos-de-salud/bisfenol-a-bpa/