Primer programa nacional de prevención de residuos.

El sistema de prevención de residuos estima que un hogar medio español podría ser capaz de economizar 1500 euros anuales e impedir la generación de 600 kg de residuos, según un estudio de la Generalitat de Cataluña.
Resulta difícil la reutilización de los envases cotidianos domésticos. Sin embargo, es frecuente en hostelería o en la distribución comercial, el reuso de los envases de los productos frescos, por ejemplo, los barriles de cerveza.
La reutilización es la base para no generar residuos. Aunque en esto los fabricantes deben pensar previamente en diseño de embalajes que lo permitan.
El primer paso en la cadena es la prevención, tal y como indica la Unión Europea, primero hay que prevenir, y luego siguiendo con los principios de jerarquía, reutilizar. Posteriormente vendría el reciclaje, a continuación nos encontraríamos con la valorización del residuo. Y en último término, sería el vertedero o su eliminación. Hay países comunitarios que consiguen reciclar el 80 % de sus residuos.
La Directiva Marco de Residuos de la Unión Europea concibe como obligatorio la realización de planes nacionales de prevención. España ratificó su plan en Diciembre, en el cual se ha marcado la meta de reducir un 10% los residuos de 2020 frente a 2010.
Las economías domésticas españolas son el tercer grupo que más residuos generan en nuestro país. El primer puesto lo ocupa la minería, y el segundo, la construcción.
Casi la mitad de los residuos domésticos son de carácter orgánico. La Comisión Europea muestra el despilfarro alimentario que se está produciendo desde la propia producción de los productos. Aunque este tipo de residuos permite hacer compost, se insta a prevenir el tema a través de la concienciación ciudadana, actualizar las normas relativas a la caducidad, y reconducir el excedente.
El resto de residuos generados en los hogares: envases, papel, cartón, vidrio y otros. Suponen el 17% de las 137 toneladas de residuos que acumula por año nuestro país.
El Programa de Prevención, está enfocado a reducir el residuo desde su propio origen. La innovación es fundamental debe aportarnos productos más limpios. Las normas fiscales y medidas económicas deben reconducir hacia la eficiencia de los recursos.
Los fabricantes deben estar implicados y pensar en productos adecuados. Ellos son los que diseñan, producen y distribuyen y por lo tanto son los responsables de sus productos, cuándo acaban su vida útil.
Los ciudadanos deben tener plena conciencia del consumo responsable y de la importancia de la re-utilización. Su comportamiento ecológico va a repercutir en su bolsillo.
Fuente: El economista