El verano ha llegado y ha traído consigo esos largos días soleados con altas y sofocantes temperaturas. El calor es un factor clave para encender los sistemas de refrigeración de los edificios, pero hay un pequeño, o mejor dicho, hay un gran problema. Tal y como pones en marcha el termostato a más frío, tu recibo de luz se dispara. La cuestión es, te puedes permitir este gatos extraordinario?. No lo sabemos, lo que sí sabemos es posible rebajar este dispendio, disfrutando del frío al mismo tiempo. Y a la vez ayudar al medio ambiente con un descenso de la huella energética. Veamos cómo descender las necesidades energéticas. Regula la temperatura de tu termostato ¿A qué temperatura sueles tener tu habitáculo?¿sabías que dicha temperatura repercute en tu factura y tiene un impacto bastante significativo?. Por el incremento de cada 3 grados de temperatura en tu termostato, tu factura desciende un 20%. Esto es mucho, especialmente cuando tienes en cuenta el ahorro al que se podría llegar en un año. La próxima vez que enciendas el aire, asegúrate que la temperatura no es demasiado baja. Auméntala un poco, el frio en la habitación no se nota mucho, pero en la factura si se notará. Esto resulta incomprensible para determinadas personas que pueden aumentar tres grados en lugar de uno, el esfuerzo es el mismo. O mejor todavía, hazte con un termostato programable. La Agencia de Protección del Medioambiente mantiene que usando un termostato programable, puedes reducir la factura de la luz, sobre unos 133,07 euros anualmente. ¿Cuánto vale uno? Un termostato

vale aproximadamente alrededor de 18,48 euros más un pequeño recargo por la instalación. Utiliza un ventilador de techo. ¿Tienes instalado ventiladores de techo en tu casa? Si la respuesta ha sido afortunadamente positiva, utilízalos porque ayudan a remover el aire de la habitación y reducen la necesidad de encender el aire acondicionado. Lo que probablemente no sabrás es que el ventilador debe circular en sentido contrario a las agujas del reloj para que el aire frío suba. Este simple detalle aumenta la eficiencia y es un truco muy útil para esos insoportables días veraniegos. Abre las ventanas pero deja las cortinas. Las temperaturas de medio día son más altas que las de la mañana o de la noche. Y no es viable estar todo el día abriendo y cerrando ventanas, vale con que las abras por la mañana y las cierres al final del día. Fuente: www.csmonitor.com