La digitalización es una gran oportunidad para mejorar la productividad, pero la transición requerirá una reinvención del modelo productivo

La sociedad necesita un nuevo motor de crecimiento del PIB debido a la desaceleración de la economía y al envejecimiento de la población. En este contexto, la digitalización supone una palanca para mejorar la productividad, pero la transición al mundo digital requiere una reconversión del modelo productivo. Las nuevas tecnologías traen consigo progreso económico y social, pero también generan un debate sobre el impacto neto de la automatización en el mercado laboral, para el que los análisis de datos históricos dicen que la desaparición de trabajos se compensa con nuevas oportunidades laborales, algunas en puestos de trabajos que antes no eran concebibles.
No se puede garantizar el futuro.
Lo que sí es seguro es que la automatización va a cambiar la naturaleza del trabajo, y que para conseguir el crecimiento esperado de PIB per cápita y el desarrollo sostenible de la sociedad, será necesario que las personas continúen trabajando junto a las máquinas.
El 48% de las actividades desarrolladas en España son potencialmente automatizables.
Los avances en robótica, inteligencia artificial y machine learning están creando una nueva era de automatización. Las máquinas están igualando e incluso mejorando el rendimiento humano en cada vez más actividades, incluso en las que requieren habilidades cognitivas. Según un estudio del McKinsey Global Institute en el que se analizaron más de 2.000 actividades laborales y 800 roles, el 48% de las actividades desarrolladas en España son potencialmente automatizables con la tecnología actual. Sin embargo, esto no significa necesariamente la desaparición de aproximadamente la mitad de los trabajos, sino que la mayoría de ellos estarán afectados de algún modo por la digitalización. En realidad, menos del 5% de las profesiones son potencialmente automatizables en su totalidad, aunque más del 60% de ellas tienen al menos un 30% de actividades que se pueden automatizar. En este contexto, lo más plausible es un cambio de la naturaleza del trabajo, donde las actividades automatizables se reemplacen por otras de mayor valor añadido. Este porcentaje de actividades potencialmente automatizables en España está alineado con el de la media mundial, que varía entre el 41% y el 56% entre los distintos países, dependiendo de la distribución de sectores en la economía y de la distribución de profesiones dentro de cada sector. Japón, India y China son algunos de los países con mayor potencial de automatización, mientras que las grandes economías europeas, en cambio, tienen un menor porcentaje de actividades potencialmente automatizables. Las actividades más susceptibles de ser automatizadas son las tareas físicas en entornos estructurados y predecibles y las de recopilación y procesamiento de datos. Por otro lado, de menor potencial son aquellas que requieren interactuar, gestionar o desarrollar personas y las que consisten en aplicar la experiencia a la toma de decisiones y planificar o desarrollar creatividad.
En línea con esto, el grado de automatización varía considerablemente entre sectores. Las actividades automatizables son más comunes en los sectores de hostelería, fabricación y transporte y logística. Por otro lado, los sectores de educación, gestión y servicios profesionales son los que tienen menos potencial de ser automatizados. También hay variación en el grado de automatización entre los distintos roles de un sector. En fabricación, por ejemplo, una gran proporción de actividades son tareas físicas en entornos predecibles, como el caso de los soldadores o cortadores en fábricas, que tienen un potencial de automatización del 90%. Sin embargo, los profesionales de atención al cliente dentro del sector de la fabricación tienen un potencial de automatización inferior al 30%.
El salario y las habilidades necesarias para desempeñar un trabajo están negativamente correlacionadas con su potencial de automatización (de media, las profesiones con mejor salario y requisitos tienen menor potencial de automatización), pero se observa una variación considerable detrás de las medias (Ilustración 20). Así, las profesiones con salarios inferiores a €15 por hora son las que tienen de media un mayor potencial de automatización: más del 50% de las actividades que realizan son automatizables. Entre el rango de €15 y €30 por hora, no existe una correlación clara entre el salario de un empleo y su nivel de automatización. Al subir los rangos de salarios, la correlación tampoco se hace más fuerte: el nivel de automatización de las profesiones con salarios entre €30 y €45 por hora es similar al de las profesiones con salarios entre €90 y €105 por hora. Todas las profesiones tienen un porcentaje de actividades que son potencialmente automatizables, incluso en el caso de los CEOs, para los que se estima que en torno al 25% de las actividades desarrolladas son potencialmente automatizables – por ejemplo, el análisis de reportes y datos para tomar decisiones, la revisión del status de los reportes o la preparación de la asignación de tareas.
Ciertos factores técnicos, económicos y sociales determinarán el ritmo y el alcance de la automatización. En primer lugar, el progreso técnico en algunas áreas como el procesamiento del lenguaje es fundamental para la evolución de la automatización. Otro factor importante es el grado en el que se reduzca el coste de desarrollar e implementar la tecnología. Además, la disponibilidad del talento digital y la existencia de una regulación que acepte las innovaciones también van a afectar a la velocidad y la expansión de la automatización. La digitalización también creará nuevos puestos de trabajo El debate del impacto neto de la digitalización en el mercado laboral no es nuevo. Aunque la mayoría del debate actual se está centrando en la posible pérdida de empleos asociados a la digitalización, ésta también creará nuevos puestos de trabajo.
El cambio que anticipamos en las actividades es de un orden de magnitud similar a los cambios que transformaron en el pasado los sectores de la agricultura y la fabricación. La agricultura pasó de representar el 40% del empleo en 1900 a tan solo el 2% en 2000. El sector de la fabricación pasó del 25% en 1950 a menos del 10% en 201017. En ambos casos, esta reducción de oferta laboral se vio acompañada de la creación de nuevos tipos de empleo. En la década de los 50, los operadores telefónicos necesitaban conectar los cables de las centralitas físicamente. Estos trabajos ya no existen, como tampoco existen los operadores de telégrafos o los equipos de mecanografía que eran tan comunes en las oficinas de mitad de siglo. En su lugar, han surgido una multitud de puestos de trabajo como fruto del desarrollo tecnológico, como los empleados de centros de llamadas o los profesionales de IT o marketing digital. Los datos históricos sugieren que la digitalización podría tener un impacto positivo neto en el mercado laboral. Las evidencias anecdóticas descritas anteriormente son apoyadas por los datos macroeconómicos y por distintos estudios:
• En Estados Unidos, la productividad y el empleo han crecido en la mayoría de los años desde 1929, y un tercio de los trabajos creados en los últimos 25 años no existían antes.
• Un estudio de la oficina de Francia de McKinsey concluyó que se crearon 2.4 trabajos nuevos por cada trabajo afectado por el desarrollo de Internet en los últimos 15 años.
• En España, se han generado empleos no rutinarios (i.e., los cognitivos no rutinarios han crecido un 2.0%, y los manuales un 0.6%) entre 2011 y 2016, a pesar de la reducción de empleos rutinarios (i.e., los cognitivos rutinarios se han reducido un 2,6%, y los manuales un 1.6%). Esta misma tendencia se corrobora en otros estudios internacionales.
• La CEOE estima que la digitalización puede crear en España hasta 250.000 puestos de trabajo hasta 2020.
• Otro estudio del MGI afirma que el máximo de empleabilidad ocurrirá en torno a 2050 y estima que el número de trabajadores crecerá un 0.3% anual en los próximos años.
• En otra encuesta, el 19% de las empresas planeaban incrementar su plantilla a corto plazo debido a la digitalización, mientras que solo el 12% esperaban una reducción
No obstante, otros estudios son ligeramente menos optimistas. El WEF estima un impacto neto negativo a nivel mundial de 5.1 millones de puestos de trabajo entre 2015 y 2020, lo que representa aproximadamente un 0.2% de la población total empleada25. De cualquier modo, no siempre los datos históricos sirven para demostrar lo que va a ocurrir en el futuro
http://cotec.es/media/La-reinvenci%C3%B3n-digital-de-Espa%C3%B1a.pdf