Residuos tóxicos de Portman resultan interesantes como futuro recurso

Portmán ha sido desde la época romana, un puerto natural de salida de materiales. Durante muchos años fue usada como vertedero de minería de metales pesados hasta que llegaron a saturar la bahía. Con el tiempo los minerales han pasado al fondo marino, y esto ha supuesto un grave problema para la Administración. Parece ser que se ha encontrado la solución, ya que los residuos de hierro, tienen cabida en el mercado asiático El proyecto consiste en dragar la ensenada, y rescatar el hierro existente. En su día el vertido ocupó 12 km, de los cuales aproximadamente 4 son de hierro. Actualmente los precios de los minerales han subido. Aunque habría que invertir 250 millones en 8 años para la extracción, esto no supondría ningún coste para los contribuyentes. El hierro, está previsto, se venda en el mercado asiático, la arena se usará para regenerar la playa y el resto de metales pesados se ubicarán en las antiguas minas. El desarrollo de este plan generará trabajo para aproximadamente 300 personas de forma directa. Francisco Bernabé, alcalde de La Unión, manifiesta su optimismo en este proyecto que pretende sanar el daño generado por la minería, y señala la idoneidad técnica de los minerales a exportar en esos mercados. Las Administraciones han agilizado la burocracia necesaria para el desarrollo del proyecto. Por una parte, el Gobierno de Murcia, ya ha declarado el yacimiento de origen no natural. Y el Ministerio de Medio Ambiente tiene ya preparado el pliego de condiciones del concurso público por el cual, las empresas que así lo deseen podrán optar a la extracción. El mercado chino y el indio están demandando materias primas. Por ello, esta serie de explotaciones cobran sentido. Por parte de los habitantes de la zona, existe desconfianza propia de una mala experiencia anterior. Además la solución de la bahía ha sido utilizada hasta ahora por los partidos políticos como discurso lectivo. La iniciativa privada hace viable el proyecto a priori aunque requiera ampliaciones de permisos por extracción de mayores volúmenes de residuos. Los vecinos y los grupos ecologistas muestran su incertidumbre. No creen que las empresas extractoras y el ministerio consigan regenerar la bahía, tal y como estaba en 1957. Aunque el Director de Costas insiste en la imposibilidad de abandono del proyecto. Fuente: El País