La valorización como solución a nuestros residuos

La valorización como solución a nuestros residuos
La gestión del residuo es un tema importante a tener en cuenta en las sociedades actuales, las cifras que arroja Eurostat sobre la cantidad media de residuo sólido urbano es de acerca 502 kg por habitante en Europa. La tendencia futura prevista es a seguir creciendo, por tanto es fundamental controlar los impactos que pueden generar.

Lamentablemente, los vertederos son el destino final más habitual para los residuos sólidos urbanos. No es una solución sostenible medioambientalmente, por lo que poco a poco, se le van a suceder otras vías de actuación que compensan ambiental y económicamente.
Siguiendo la jerarquía de gestión de residuos establecida por Europa en 2008: prevención, reutilización, reciclado, valorización y por último, cuando no hay opción, eliminación:
– La prevención se puede conseguir a través de campañas de concienciación, y con cambios normativos en los que se obliga a las buenas prácticas
– La reutilización, depende del producto
– El reciclado, a veces, el re-uso radica en darle una nueva aplicación al mismo.
– La valorización, el residuo se convierte en materia prima de otro proceso, para hacer un material o para generar energía.

Son muchas y variadas las tecnologías que se aplican para la valorización energética, los más habituales son:
1. Vertido y aprovechamiento del gas de vertedero
Se saca partido a la energía del gas de vertedero. Esta forma no es conforme normativa vigente, por tanto, no la recomendamos.
2. Biometanización
Mediante un proceso de digestión anaerobia la fracción biodegradable del residuo es transformada en biogás y lodos digeridos. El biogás es una mezcla de dióxido de carbono, metano y otros gases minoritarios (H2S, etc.), el cual, después de un proceso de lavado, puede ser utilizado para producir energía eléctrica mediante un proceso de cogeneración. La energía calorífica residual del proceso puede ser recuperada y, en parte, utilizada para concentrar las aguas residuales que se generan, mediante un proceso de evaporación-concentración al vacío. El resultado será un agua de alta calidad y un residuo muy concentrado.
3. Pirolisis
Se trata de un proceso térmico consistente en la transformación de la materia orgánica en otros compuestos más fáciles de tratar, el cual se lleva a cabo a elevada temperatura (entre 500 y 900 ºC) y en ausencia de aire. Se obtiene un gas con un elevado PCI (mezcla de hidrógeno, monóxido de carbono, metano, etano, etileno, etc.), aunque parte de la energía que se obtiene del gas se debe invertir en el propio proceso de pirolisis, el cual es endotérmico. Además del gas, también se produce un sólido carbono, coque, el cual se elimina mediante un proceso de incineración anexo al proceso principal de pirolisi.
4. Gasificación
Consiste en un proceso térmico en el que se lleva a cabo una combustión parcial de la materia en defecto de oxígeno. Se produce un gas combustible, el gas de síntesis, el cual su composición varía (mezcla de hidrógeno, monóxido de carbono, agua e hidrocarburos ligeros) en función del residuo y de las condiciones de operación. El gas de síntesis debe ser limpiado para poder ser aprovechado posteriormente. También se generan unos sólidos, alquitranes y cenizas, que deben ser incinerados. El gas de síntesis puede ser utilizado para la producción de energía eléctrica mediante motores de combustión o microturbinas, puede ser transformado en un combustible líquido que se puede emplear como sustituto del gasoil, puede ser inyectado en la red de gas natural si se separa previamente el CO2 y los restos de oxígeno, y también puede utilizarse el hidrógeno que contiene en una pila de combustible para la generación de electricidad. Se trata de una opción muy interesante, eficiente y en la que se continúa investigando.
5. Combustión con exceso de oxígeno (Incineración)
Proceso térmico rápido en el que se produce una combustión completa y se acaba oxidando la materia a dióxido de carbono y agua. Para que la materia reaccione con el oxígeno produciendo energía debe contener carbono, hidrógeno o azufre. Se trata de la tecnología mayormente empleada para la valorización energética.

Así pues, los sistemas de valorización energética de residuos son una opción sostenible para la gestión de los residuos, además de que permiten ahorrar energía y posibilitan reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Cada vez hay mayor número de tecnologías disponibles que hacen que una gran variedad de residuos de todo tipo puedan ser sometidos a un proceso de valorización energética.

Fuente: Condorchem